Antonin Gadal
La obra de un hombre inspirado por el Espíritu
Fr  Eng  Ital  Port  Es
 
 Introducción  
 Preámbulo  
 ¿Quién es Antonín Gadal?  
   ¿Quién es Antonín Gadal?  
   Su historia  
   Un hombre con pre-recuerdo  
   Una iniciación a la búsqueda  
   Un pensamiento que se concreta  
   Liberar la fuente  
   Allanar los caminos  
   Un círculo de estudio  
   Abrir y descifrar el libro  
   El patriarca  
   Mostrar el camino  
     
 La fuente  
 La doctrina  
 El catarismo pirenaico  
 El catarismo y sus orígenes  
 El misterio de las grutas  
 El grial en los Pirineos  
 Grial, catarismo y rosacruz  
 Links interesantes  
 Contacto  
 
Abrir y descifrar el libro


Todo esto, Antonín Gadal lo sabía: por eso quería abrir de nuevo este libro, cerrado desde hacía siglos bajo las frías cenizas de las hogueras y la miseria de los calabozos de la inquisición. En una palabra, reconstituir una parte de la historia del sacerdocio cátaro.



Su investigación se asemeja a una búsqueda “iniciática”. Sigue la huella de la verdad concerniente a los cátaros y discierne progresivamente los profundos lazos que les unían a la antigua fuente gnóstica del cristianismo. Él esperaba poder transmitir un día sus intuiciones a un colaborador.

En los años 1937-38, algunos ocultistas, anglo-germanos sobre todo, como Walter N. Birks, se interesaron en sus andaduras y se dirigieron a él. Gadal sabía, sin embargo, que el secreto de los cátaros, su “Tesoro”, no puede adquirirse sin esfuerzo personal, sin un proceso interior purificador, una “endura”. Allí donde muchos ocultistas o especuladores querían forzar la puerta del invisible secreto, Gadal escogía el otro camino: el de la paciencia, del despojamiento, de la abnegación y de la humildad.

“¡No es con fuego como se abre la puerta!”

Interiormente, “sabía” que debía abrirse. ¡Por esto su obra tiene tal amplitud de miras!

¿Qué había descubierto?

Los misterios cátaros, la elevada espiritualidad de los “bonshomes”, nace en las grutas del valle del Ariège.

La vía del Amor, del Bien y de la Verdad se había abierto paso una vez más.


Artículo anterior sobre este tema   Artículo siguiente sobre este tema